Entrenamiento, vida y otras hierbas

Por Jesús Gallego

Todas las personas que llevan yendo al gimnasio más de 10 años tienen (o tenemos) una cosa en común.

También los que llevan 5 y los que llevan (o llevamos) más de 20.

Todos, el 100 %.

Sin excepciones.

El gimnasio les (nos) ha cambiado la vida para bien.

Para muy bien.

Porque la gente no es idiota, y nadie se tira X horas a la semana pasándolo mal si luego el retorno no compensa.

Pero si compensa, entonces sí.

Voy al gimnasio, me pongo en forma y mi vida cambia.

Por ese orden.

No es un proceso rápido que pase de un día para otro.

Es lento.

A veces, parece que no avanzas, que te estancas, que otros hacen menos y mejoran más, pero la constancia puede con todo.

Tenerla no te asegura nada, pero no tenerla te asegura lo contrario.

Es así.

El éxito va de eso, de constancia, no de genes ni geles.

Te cuento esto porque ayer recibí un wasap de un cliente que estaba entusiasmado.

Lleva conmigo casi 2 años, pero “en serio” desde hace menos, igual septiembre.

Por esas fechas cambió el chip y quiso cambiar su vida.

Empezando por el principio, sin saltarse pasos.

Priorizó el gimnasio, que pasó de esporádico a sagrado.

Pronto descubrió que le aportaba una serie de cosas que necesitaba y que no sabía que necesitaba, como casi todo.

Haciendo ejercicio se sentía bien y encima encontraba inspiración para escribir, que es a lo que se dedica.

A mí también me pasa, y a muchos.

Entrenando vienen ideas que delante del ordenador son imposibles.

Y de estas ideas igual salen cosas o igual no, pero no llegan de otra forma, llegan cuando sufres.

Cuando estresas tu cuerpo y no solo tu mente.

Haz la prueba:

Cuando tengas que tomar una decisión importante, o no sepas cómo solucionar un problema por más vueltas que le das, ponte a entrenar.

Es magia.

Te vendrá la solución, o por lo menos lo verás más claro que antes, eso fijo.

Pero entrenar es más.

Además de inspiración, te queda el efecto postentreno.

Cómo te sientes.

Describirlo con palabras no es fácil, pero si has entrenado alguna vez seguro que sabes a lo que me refiero.

Segregar endorfinas es el nombre técnico.

Es como drogarse, pero sin el efecto chungo, sólo lo bueno.

Y tampoco hay que olvidar que todo ese sacrificio que tú haces cuando entrenas tiene consecuencias en otras áreas de tu vida, que en principio no tienen mucho que ver.

Por eso decía al principio que entrenar te cambia la vida.

Y también decía que la cambiaba para bien, porque todavía no he conocido a nadie que se haya arrepentido por entrenar.

Por dejarlo he conocido muchos, aunque no lo reconozcan, y por no empezar he conocido muchos más.

Montones.

Una pena por ellos, se pierden mucho, aunque se consuelen pensando que tanto sacrificio sólo para verse bien no compensa.

Eso es lo de menos.

Es sólo un efecto colateral.

La felicidad la tendrás por eso y por más cosas.

Todo por el entreno.

La única inversión que te asegura al 100 % que aciertas.

Con retorno multiplicado.

Prueba:

LA RUTINA DEL MES

PD: además de la rutina y como la dieta importa, cuando compras la rutina recibes un regalo más valioso que la propia rutina. No te voy a decir qué es, pero lo vale. Y te llega justo después de tu compra, en el propio email.

👇 Aquí es donde escribes tu email y te suscribes a mi lista*