9 kg menos en 5 meses comiendo más

Hoy quiero mostrarte uno de los cambios más bestias en los que he participado este año.

Iba a decir que “he hecho”, pero el cambio lo hizo él, yo sólo le fui diciendo qué hacer.

Que no digo que no tenga mérito. 

Que si hace falta colgarme una medalla, me la cuelgo.

De pequeño no ganaba medallas en nada porque era malo en todo, por eso ahora de mayor me gustan tanto y en cuanto puedo me cuelgo una.

Pero aquí el mérito grande lo tiene él.

El de esta foto, Alejandro.

Su cambio:

5 meses de diferencia y casi 9 kg.

5 meses de diferencia y otro cuerpo.

5 meses, ojo, que no hace tanto.

Que lo mismo si piensas “5 meses” es hace mucho, pero en realidad fue hace nada.

Piensa en febrero, en algún día de febrero.

El de los enamorados, por ejemplo.

Pues por esas fechas, que no hace tanto, empezamos.

Concretamente un día antes, el 13.

Martes de revisiones.

Alejandro es presencial, viene una vez al mes.

Medimos con el FIT3d, la máquina que tengo en casa.

Igual que tú tienes una báscula para pesarte y una cinta métrica para medirte, yo tengo esa máquina, que te hace las dos cosas.

En menos de 1 minuto sabes todos los perímetros de tu cuerpo y te ahorras el rollo de estar midiendo con la cinta.

Además, te saca tu peso (en eso es como tu báscula), tu porcentaje de grasa y un avatar tuyo en 3D que gira y que a la gente le encanta, a la vez que le horroriza, por su increíble parecido con la realidad.

Lo de medir es una cosa que sí o sí vas a tener que hacer si te quieres poner en forma.

Igual que las fotos.

Es un paso que no te puedes saltar.

Y da igual que lo hagas solo o con un entrenador, cada X tiempo vas a tener que medir, porque lo que no se mide no se puede controlar.

Si mides y controlas es como ves si la cosa va como esperabas o si toca apretar.

A mi me gusta medir (o que se midan) cada 4 semanas y en ese momento también hago (o pido) fotos.

Y comparo.

En función de eso, ajusto los macros de su dieta.

Después, la otra persona hace (o no hace, depende) y 4 semanas más tarde repetimos el proceso.

Es cíclico y es así con todos, tanto con los que tienen resultados como con los que no.

Alejandro es de los que sí, buen ejemplo.

Pero no pienses que el tema de los ajustes cada 4 semanas es tan sencillo como ir bajando los macros y ya está. 

A veces, el cuerpo nos sorprende y hay que hacer lo contrario, aunque suene paradójico.

Con Alejandro pasó eso.

Al principio, el peso bajó pero no mucho, aunque el aspecto era muy distinto.

Esto pasa a veces.

El peso baja y el aspecto mejora, pero muchas veces las dos cosas no van a la par, y lo mismo el aspecto mejora y el peso se mantiene o no baja tanto como debería.

En el caso de Alejandro, como te decía, pasó así el primer mes.

Sólo 1 kg menos.

El aspecto mejor, eso sí.

Yo le dije ese día que no se preocupara que la cosa iba bien, pero que había que apretar.

Ese mes le bajé los macros y 4 semanas más tarde el peso bajó más.

3 kg.

Entonces, ahí sí, le puse a comer más.

Le expliqué que había que hacerlo así para seguir bajando, que me hiciera caso, que lo único que tenía que hacer era seguir cumpliendo con los macros de su dieta.

Con la selección de alimentos no me metí, eso siempre sin restricciones, solo macros.

4 semanas más tarde: 3 kg menos.

Nuevo ajuste, más comida, y, al mes, otro kg y pico menos.

El martes pasado, 4 semanas después de aquello, siguió bajando.

Esta vez algo menos, casi 1 kg.

¿Aspecto?

El de la foto de arriba, el de la derecha.

Hace 5 meses, el de la izquierda.

En medio, el reto, mi programa de asesorías on line.

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